A principios del siglo VII se celebraba una fiesta en honor de la Virgen y todos los santos. A la que sobre el siglo X se añadió otra fiesta para los fieles difuntos, que aún se conservan.
Estas fiestas en las que se veneraban a los difuntos se han dado en muchas culturas y civilizaciones, en ellas siempre se hacia una comida ritual.
La castañada es lo que queda de estos ritos.
La castañada se celebra en familia y con los amigos, nos reunimos para comer panellets, castañas y boniatos asados.
Es típico ver en las calles y plazas las castañeras vendiendo castañas y boniatos asados. En las tardes frías y otoñales la gente las usaba para calentarse las manos de camino a casa.
El día de todos lo santos se acostumbra ir a misa y a visitar el cementerio para llevar flores y recordar a los difuntos.
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